Los planes improvisados para mi son siempre los mejores. Así que, una cena rápida con las amigas después del trabajo, puede ser más que posible con un look de este tipo. Color en los labios y un bolso más pequeño del que usamos para diario, el remate perfecto.
En mi caso, adiós supersticiones. En lugar de recurrir a la típica camisa blanca, he optado por esta amarilla suave. ¡Espero que os guste!